lunes, 6 de mayo de 2013

Antes de criticar los defectos de los demás, intenta corregir tus propios defectos.


         En esta última clase hemos estado hablando sobre el problema que ha habido en Twitter del hashtag #postureovedruna. A simple vista y para alguien que sepa más o menos de que va puede parecer inofensivo, como fue en un principio. Para la gente que no utiliza twitter o no entiende, se lo explicaré. A ver, un hashtag es un recurso de Twitter que debe utilizarse (digo debe porque mucha gente no sabe como se utiliza) como una especie de etiqueta acerca de un tema. Puedes crear hashtag de todo. Un postureo es algo típico, que siempre ha estado ahí, pero que ahora mediante el hashtag se lo revelamos, por decirlo de alguna manera, a los demás. En resumen el hashtag #postureovedruna son comentarios de cosas típicas del centro y que gracias a la etiqueta se pueden encontrar fácilmente en masa. Hasta ahí, yo lo sigo viendo como un hashtag inocente e inofensivo, como repito, fue en un principio. Llegó incluso a ser Trending Topic en Sevilla, aunque sinceramente eso no tiene mucha importancia. Nadie mira las tendencias en Sevilla, y mucho menos pincha un postureo de un colegio, primero porque se aburriría como una ostra ya que no entendería la mitad de las cosas y segundo porque a nadie le interesa. Ahora está muy de moda crear postureos y hay decenas de postureos al día de todos los lugares de España, a nadie, repito, a nadie le interesa el #postureovedruna, a excepción de los alumnos del centro y profesores. Así que no creo que nadie que no pertenezca al centro se haya interesado por el postureo. Pero bueno a lo que iba, algunos alumnos se animaron quizás demasiado y aprovecharon esa ocasión para desmadrarse y despotricar sin piedad sobre profesores y alumnos.

         Seguramente no se pararon a pensar en las consecuencias que tendrían, en un futuro cercano, sus comentarios. Sobre el daño psicológico que podrían causarles a esas personas (no creo que nadie esté dañado psicológicamente por unos comentarios, pero quien sabe). Sobre los sentimientos de desconfianza, de decepción que surgirían en las personas afligidas tras leer los tweets. Y sobre como afectarían ese tipo de comentarios a sus reputaciones. Para algunos solo son insultos, para otros es mucho más que eso. Y muchos  de los que twittearon insultos exigirán libertad mientras han oprimido la de los demás. Hay gente que aprovecha la libertad de expresión para cometer sus delitos.

        Contra alumnos es verdad que no vi muchos, unos cuantos contra un chaval pero nada más. Con quién si se pasaron fueron con algunos profesores, sobre todo con Pablo y David. Aprovecharon, no el anonimato, pero sí la "lejanía" de Internet para insultar, pensando que los afectados nunca leerían esos tweets, quisiera ver si esas personas tienen el mismo valor de insultar en su presencia.

        En este punto hablemos de empatía. ¿Qué es la empatía? La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y saber lo que siente o incluso lo que puede estar pensando dicha persona. Claramente los autores de los tweets insultantes carecen completamente de esta cualidad. O por lo menos eso me parece a mí. Al escribir el tweet no han pensado en lo que los demás podrían sentir al oír esos comentarios. O simplemente no le importa, que eso es aún peor. Hacer algo sabiendo que causará daños, la verdad, hay que tener mala leche.

        Puestos a hablar de empatía, hagamos un ejercicio de la misma. Pongámonos en el lugar de cualquiera de los profesores insultados, no importa quién sea, mmm, por ejemplo, de los nombrados antes, imagínate, de David, a mí me dicen lo que le dijeron uno/as niñato/as y es que no me lo pienso y les doy dos hostias bien das'. Pero claro, un profesor no puede tocar a un alumno, por eso de los derechos que tenemos, (además, agredir está mal, muy mal, no se debe hacer, no, no, que va). Así que sin la opción de agredir (que recalco: está muuuuy mal), tendría que aguantarme como pudiera con una frustración y una amargura en mi interior, o quizás, bueno, pasar de los comentarios, total, a palabras necias, oídos sordos. Ahora imaginad, que a quien insultan no es a vosotros, sino a vuestros padres. Mis padres son profesores y el solo hecho de pensar que entre los alumnos se les puede estar criticando me pone de mala leche, pero bueno, al fin y al cabo es ley de vida: alumnos quejándose de sus profesores. Pero de ahí a pasar a ponerlo en una red social, donde se puede burlar todo el mundo, es una gran diferencia. Si yo lo pillara no respondería de mis actos, eso lo tengo seguro.

        Yo reconozco que he escrito tweets de #postureoveedruna, pero no me arrepiento de eso, ya que pienso y he procurado no ofender a nadie con dichos tweets. Ya sea porque me parece una falta de respeto criticar a las espaldas, no solo a profesores sino a todo el mundo, aunque el ser humano tienda siempre a ello. Y ya ponerlo en una red social sin el conocimiento de esa persona, donde todo el mundo puede burlarse y la persona ni si quiera saberlo, me parece inconcebible. E insultar a los profesores, que ya puede que te caigan bien o mal, eso depende de la persona, es de poca vergüenza, que se desviven, unos más que otros, para que tengamos, quizás no un futuro, que escasea en España, pero si una educación decente, como ya dijo nuestro profesor, es ruin y rastero. Deberíamos estarles agradecidos. Tal vez para mí sea fácil decir todo esto, puesto que he vivido entre profesores toda mi vida, no solo por la compañía de mis padres, también porque he pasado de chica en el colegio más tiempo del habitual, pero deberíamos intentar ponernos en la piel de los profesores a la hora de criticarlos, hay mucha información desconocida acerca de sus vidas y problemas que ni imaginamos, pero sobretodo, detrás de cada profesor, hay una persona.

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